Veo a una madre, con los rastros de la quimio, revoloteando con sus hijos en el metro. Se enoja, los reprende, revolotean y luego ríe, alternando todo en un solo momento. Es poco el tiempo. Hay que guardar silencio, mientras el alma respira.
"Del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio"
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