A mi despertar normal, acompañado de normales bostezos y quejas, le siguió un normal susto de ver que normalmente iba a llegar atrasado a la universidad, por lo que terminé vistiéndome todo desordenado (como normalmente sucede en estos casos). Mi desayuno: té con nada (un té normal).
Normalmente fui corriendo, chocando por la calle con gente que no conocía y que me repelían con normales groserías. Normal fue mi impresión que no llegaría a tiempo para tomar el metro a causa de la normal reacción de los guardias, quienes me detenieron para ver si mi pase era verdadero y normal. Bueno, no lo niego, todo eso me hizo sentir (y pensar) que eran unos comunes y normales idiotas.
Llegue a clases sin ninguna novedad con pocos minutos de anticipación (todo normal, en otras palabras). Soporté estoicamente una clase de matemáticas infinitas y las teorías de la incomprensión. Después del ritual de tomar lista, el profesor empieza sin demora la normal actividad de dar clases y chistes sin sentido.
Todo acaba normalmente en menos de una normal hora veinte.
Busco, entonces, a mis amigos normales (y a los no tanto) y vamos a almorzar, un almuerzo rápido, normal y chatarra. Terminando, me alejo de aquellos seres normales, e iendome hacia un rincón (normal, oscuro y polvoroso), escribo en una pared unas palabras:
"¡Cuidado! Dios todo lo ve... pero no te preocupes, no te va a delatar".
_____________
(*) Corrección del texto publicado en la revista "Pum Pam" (http://pumpam.blogspot.com/2006/05/normal.html).
(*) Corrección del texto publicado en la revista "Pum Pam" (http://pumpam.blogspot.com/2006/05/normal.html).
No hay comentarios:
Publicar un comentario