21.4.24

Han pasado años...

Han pasado años y echo profundamente de menos muchas de las cosas que solíamos hacer juntos: extraño esas tonterías que surgían después de un bienvenido "Hola amor", y aquellos diálogos absurdos que le seguían, que animaban el día a día, ahora apenas retenidos en mi memoria. Extraño a veces, esos "te quiero" y "te amo" que soltados al azar, entre momentos de silencio, llenaban todo, robaban todo, rebotando de pared en pared, resonando en los rincones de este pequeño departamento.

Hay tantas cosas que añoro, tanto que mi corazón se agita inquieto, llevándome a desahogarme escribiendo, plasmando en esta pantalla lo que bulle dentro de mí, lo que me hace exhalar suspiros que me dejan sin aliento, que aún oprimen el alma.

Aún la llevo conmigo. La amaba, la admiraba, anhelaba tenerla a mi lado cada día, pero la perdí, se fue.

Y claro, al final, todo terminó siendo unilateral, pues muchas mentiras salieron a la luz y se abatieron sobre mí. Tarde la conocí, quién era verdaderamente, pese al tiempo de estar bajo el mismo techo... o más bien siempre lo supe, pues siempre lo había dicho, lo había expresado, solo hacía oídos sordos, escuchaba lo que quería escuchar. Me desmoroné, me golpeó, me dolió profundamente. Lloré, y lloré profundamente.

Y lo comprendo, lo tengo muy claro: al final, solo me faltaba amar a quien realmente importaba: a mí mismo, a mi ser interior que solo busca amor y cuidado.

Preguntabas cuánto dura un duelo. Bueno, nunca acaba, se vive adentro, cada día se cuelga y descuelga en un espacio de mi corazón, hasta que llegue el día en que, de tanto hacerlo, no sepa dónde quedo.


Mientras, entre cada suspiro y cada aliento que escapa, recuerdo y suspiro, y suspiro profundamente.

Han pasado años...

Han pasado años y echo profundamente de menos muchas de las cosas que solíamos hacer juntos: extraño esas tonterías que surgían después de u...