20.11.12

Mujer Mía

Figura Luminosa, que estás en la tierra,
Santificados sean tus lujuriosos pasos,
ven conmigo a dar un paseo;
y Hágase lo que pida o deseé,
aquí en mi auto como en polvorientos moteles.
Dame tus labios secos, pan sabroso del mediodía,
y perdona que mi hombría solo quiera de tu vientre,
como yo perdono que tu no quieras saborear solo el mio.
No me dejes caer solo en tu contemplación,
y librame de mi santidad.

[Oh! my] Womén!

No hay comentarios:

Las manos que no heredé

 El niño aprendió a calcular el peligro por el sonido de los nudillos apretándose. Su padre no bebía, pero humillaba, gritaba, construía cas...