Al llegar a casa, hay veces que a oscuras y oculto de mi amargura escucho un rojo tango, uno que otro suspiro, y revotan en el aire melancólicas rimas de poemas que no pudieron nacer.

- "Claro, con dos de hielo, por favor..."

Luego, mientras la noche se escapa a Morfeo, algún torpe pensamiento, atolondrado por el calor insomne y una imagen huidiza, dice en silencio lo para este corazón fuiste vos, "lo que alguna vez, fuiste vos"...

¡Ay! Maldito pasatiempo, como pasa el tiempo. Como pasa, la que bebió de esta boca y marcho lejos, lejos de mi lado, por ahí se pierde su imagen, se transforma en otras imagenes, que ya no son la que suspiros arrancaban.

"Las nostalgias se van... no queda nada." ¡ay! Amor propio, sonríe.