y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.
Te quiero sólo porque a ti te quiero,
te odio sin fin, y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero
es no verte y amarte como un ciego.
Tal vez consumirá la luz de Enero,
su rayo cruel, mi corazón entero,
robándome la llave del sosiego.
En esta historia sólo yo me muero
y moriré de amor porque te quiero,
porque te quiero, amor, a sangre y fuego.
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Incluido en Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Cien Sonetos de Amor. Plaza y Janés. Ave Fénix 205-2. Sexta edición, junio 1998. Barcelona. En la red http://www.poesia-inter.net/pn59066.htm
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