Un hombre en llamas,
cae frente a la Moneda,
fulminado por el ángelus
de lamento, de luz,
de enfermedad.
Grita desconsolado,
sus quejas no han escuchado,
“no quedo otra” explica
ante el tribunal celestial.
En este mundo descomunal
siento su fugacidad,
siente su triste encender
y por el olvido perecer.
Dime, Miño,
Que es morir de soledad
tu recuerdo quemar,
solo para que te pudieran escuchar
cae frente a la Moneda,
fulminado por el ángelus
de lamento, de luz,
de enfermedad.
Grita desconsolado,
sus quejas no han escuchado,
“no quedo otra” explica
ante el tribunal celestial.
En este mundo descomunal
siento su fugacidad,
siente su triste encender
y por el olvido perecer.
Dime, Miño,
Que es morir de soledad
tu recuerdo quemar,
solo para que te pudieran escuchar
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